Además de en trastornos de la migración somos expertos en terapia sexual. No podemos pensar que la reducción del deseo sexual afecta únicamente a las parejas que rebasan cierta edad o con muchos años de convivencia a las espaldas. Tiene más implicaciones que vemos en las siguientes líneas.
Lo primero que hemos de tener claro es que, detrás de la reducción de la líbido o deseo sexual, puede haber factores variados como el aburrimiento, la monotonía o la rutina. Algo que lógicamente puede afectarnos en todas las etapas de la vida. Como decimos, no es preciso haber superado la barrera de los 50 o llevar años al lado de una misma persona para que la líbido empiece a flaquear. En cualquier momento y por múltiples razones podemos atravesar una etapa de sequía sexual. Eso sí, en caso de que la situación se dilate en el tiempo, en Thamar Psicología hemos de buscar soluciones.
La pérdida de apetito sexual puede venir motivada por muchos factores: falta de estímulo sexual, baja autoestima, falta de comunicación en la pareja, estrés, ansiedad…. En esta coyuntura, existen una serie de pautas que podemos poner en práctica para reactivar el deseo.
Comunicación deficiente, uno de los problemas más frecuentes
El estrés, el exceso de preocupaciones y el ritmo de vida de la actualidad se une a veces a la falta de comunicación en el seno de las parejas. Ten en cuenta que, para que exista comunicación, las conversaciones han de ser efectivas. Puede pasar que una pareja hable mucho pero que no se entienda ni se escuche de forma productiva. En el terreno de la sexología, a estos problemas de comunicación se les denomina bilingüismo sexual.
Hay que hablar de “nosotros” y no de “tú”. Es la forma de apostar por la comunicación cooperativa y de pareja. Hemos de evitar los reproches de acontecimientos pasados y elegir el momento en el que hablar de cuestiones delicadas relacionadas por ejemplo con el sexo.
La falta de autoestima
Es un factor de riesgo que hace que puedan aflorar problemas sexuales. Es muy importante aceptarse y quererse a uno mismo. Si no podemos hacerlo por nosotros mismos, podemos recurrir a un especialista que nos ayude a controlar y aceptar lo que sucede alrededor. Entre otras cosas, para ver si está relacionado con la reducción de la líbido. En definitiva, la líbido sexual puede padecer altibajos y, si la situación se reproduce, habrá que acudir a un especialista.