Hoy en día la infidelidad tiene múltiples realidades, cada persona tiene un concepto propio sobre la misma, por ejemplo: se asocian con eventos sexuales casuales o continuados, establecimiento de relaciones afectivas a corto o largo plazo y algunos/as más extremistas, consideran que se genera con el simple hecho de pensar en otra persona que no sea su pareja. Sin embargo, todas ellas están de acuerdo en ciertos aspectos: la infidelidad involucra a un tercero con desconocimiento de uno de los integrantes de la pareja, utiliza el engaño y genera una ruptura de la confianza.
Las causas que llevan a una persona a estas actividades pueden ser variadas, justificado o no, este acto genera consecuencias emocionales, físicas, actitudinales, psicológicas y en ocasiones legales.
Aspectos interesantes de la infidelidad:
En una infidelidad… ¿todos sufren?
Muchas veces se piensa que la persona que lleva todas las de perder es quien no está cometiendo la infidelidad, se le considera única víctima de la situación, pero ¿Puede sufrir el infiel y el tercero en discordia? SI, en muchas ocasiones la persona que está teniendo una “doble vida” tiene constantemente sentimientos de culpa, temor a ser descubierto, arrepentimiento y a la vez euforia, angustia y desconfianza de las propias decisiones. Sobre esta cuestión, otro punto a resaltar…
Las expectativas del tercero
Actualmente, ser el “fruto prohibido” es una decisión propia, muchas personas deciden estar en relaciones sin compromisos ni exclusividad, con la finalidad de no tener una responsabilidad de pareja y así gozar de una independencia emocional y sexual. Pero en algunos casos, lo que inicia con estas expectativas (o no), puede cambiar y generar inconformidad. La persona que hace papel de “tercero”, puede llegar a sentir culpa, euforia por lo prohibido, tristeza por los desencuentros o por las expectativas no cumplidas. Y muchas veces desconoce que…
La infidelidad puede llegar a sostener una relación
Cada vez son más autores, como Walter Riso en su libro Jugando con fuego y Arranz T. y Berlotto G. en su artículo sobre parejas, quienes afirman que un tercero, puede ser el sostén de una relación. “Se logra mantener el estatus quo de la pareja y se sobrevive gracias a un tercero… Se suele mermar la presión, por lo que puede sostener la situación en tiempo”. Es decir, con la infidelidad se dispersa el estrés y aquellas emociones negativas que influyen en la relación, generando un estado de relajación que disminuirá los conflictos; sin embargo, esto solo es una vía de escape de algo inevitable… el afrontamiento de las situaciones.
¿Se puede prevenir la infidelidad?
Probablemente, para ninguna persona es sano pensar en la posibilidad que su pareja le puede ser infiel. Alejarse de las relaciones para evitar pasar por crisis emocionales puede ser una solución puntual pero no permanente. Lo mejor es arriesgarse a vivir una relación afectiva, favoreciendo la comunicación al exponer las expectativas propias y conociendo las de nuestra pareja, así mismo aclarar nuestras dudas fomentará la confianza.
Cuando ha pasado, ¿qué se puede hacer?
Pedir disculpas y esperar que a la mañana siguiente las cosas funcionen por sí mismas es un error, disculpar tampoco basta. Recuperar la confianza de una pareja es un trabajo continuo, laborioso y en equipo. Muchas veces es necesaria la intervención de un profesional para afrontar estos momentos de crisis en la pareja, no solo para recuperar la seguridad en uno mismo y en la relación, sino, para reforzar la comunicación, en algunos casos la sexualidad y el restablecimiento de objetivos y acuerdos de pareja.
“La fidelidad es un acto de voluntad, no del corazón”
Walter Riso.